Elhombre pobre, terminó sus tareas, y cruzó el terreno en busca de sus zapatos y su abrigo. Al ponerse el abrigo deslizó el pie en el zapato, pero al sentir algo adentro, se agachó para ver qué era y encontró la moneda. Pasmado, se preguntó qué podía haber pasado. Miró la moneda, le dio vuelta y la volvió a mirar.
Laszapatillas rojas de Andersen. Había una vez una niña, bonita y delicada que en verano estaba obligada a ir descalza porque era pobre, y en invierno tenía que llevar unos grandes zapatos de madera, de modo que su pequeño empeine se puso bastante rojo. En el centro de la aldea vivía la mujer de un viejo zapatero; se sentó y confeccionó . 306 248 236 111 432 183 200 355